Aritz

Masako Mizutani, la japonesa (en apariencia) que no envejece jamás

Masako Mizutani, la japonesa (en apariencia) que no envejece jamás

Mucho se ha hablado de la gente que tiene una habilidad especial para no envejecer. En España es muy famoso el caso de Jordi Hurtado, que lleva décadas en televisión y aparentemente se le ve igual.

Otra para los que el tiempo no parece pasar es Jennifer Aniston, a quien vemos igual de guapa hoy que durante la década de los noventa cuando interpretaba la serie que le dio la fama, Friends.

Jennifer López es otra que parece tener el secreto de la juventud, si comparamos dos fotos suyas de hoy y del año 2000 vemos que ha cambiado muy pero que muy poco. Lo mismo le sucede a Pharell Williams y así podríamos seguir mucho más rato porque la lista es casi interminable.

The Crazy House, una casa de locura que parece de otro mundo

The Crazy House, una casa de locura que parece de otro mundo

A veces hacerse famoso es mucho más sencillo de lo que pensamos. No hace falta ser un cerebrito, ser extremadamente guapo o tener una capacidad especial en algo concreto. No, nada de eso, a veces solo es necesario tener una visión del mundo diferente al resto.

Esto fue lo que le sucedió a Dang Viet Nga, una mujer vietnamita que es una persona completamente normal pero que tiene una peculiaridad, y es que le gusta que su casa luzca de forma estrambótica. Por eso, aprovechó su profesión como arquitecta para crear su propio edificio el cual lo dotó de una forma que, visto de afuera, es totalmente tenebrosa. Para muchos otros, en cambio, es una casa de cuento, sacada de la ficción y la definen como toda una “casa de cuentos de hadas”.

El mercado de la muerte, uno de los trenes más peligrosos del mundo

El mercado de la muerte, uno de los trenes más peligrosos del mundo

Estamos acostumbrados a viajar en España, un país desarrollado que posee trenes muy buen cuidados y que circulan por infraestructuras muy buen conservadas. Pero, ¿alguna vez nos hemos planteado si en todas partes sucede igual?

La respuesta es no, y es que existen países en los que tomar determinados trenes es toda una prueba de fuego que podría incluso acabar con nuestra propia vida si algo sale mal. Y no solo, a veces están en situaciones tan comprometidas que podrían incluso poner en peligro las vidas de todos cuantos vivan a su alrededor.

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